viernes, 4 de mayo de 2012

Solo Marchar



Solo Marchar…



Como una ronca ráfaga de cebada y luciérnagas
Era la vida. Al fondo, las bandurrias espesaban
La tarde, y en las sombras
Abrían caminos por los que el sueño iba
Sin querer llegar nunca…

Se adentraba el carbón por densos corredores,
Una ardiente marea devoraba el contorno,
Y los frutos vecinos, ya entera luz, ardían.
Amapolas salvajes derretían su lacre
Al sol, sobre fosforescentes tierras sin dueño,
Y su silencio cegaba el horizonte,

Al fondo de la mina, el calor destellaba
Como una piel de toro tatuada de tréboles.
Una sombra posaba su pulpa bermellón
Por los turbios refugios donde el amor hervía
Mientras el negro fuego fermentaba en los campos.

Amar era partir el mar con una espada,
Sentirlo de repente golpeando la boca
Mientras iba la vida recorriendo sembrados
Y a más amor en vuelo, más violencia crecía

¡Sólo marchar¡


José Angel Aznar Galve (1980)

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