miércoles, 25 de abril de 2012

Masovero





Llegaba un día, y otro se alejaba,
Llevándose jirones de su vida.
Allí quedó la juventud querida
Aquellos viejos sueños que anhelaba.

Aquel tiempo futuro que esperaba,
Pronto se hizo nostalgia consumida.
Hubo amor, dolor y despedida
Y hubo lo que la tierra les entregaba.

Pisó las asperezas del camino
Llevando como sombra el duro sino
De luchar sin descanso, ni tardanza.

Murió por su mujer y por sus hijos
Padre de corazón sin escondrijos
Masovero de cierzo y de labranza.


 José Ángel Aznar Galve

1 comentario:

  1. Conmovedor poema y merecido homenaje a esas gentes a las que profeso un afecto y consideración muy especiales.

    Un abrazo, Ángel

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