lunes, 5 de septiembre de 2011

III recital La Puerta de los Vientos

   El 4 de septiembre tuvo lugar la III edición de La Puerta de los Vientos, en esta ocasión en el Nuevo Espacio Escénico de la Casa de la Cultura de Andorra.


     Como en las dos anteriores ediciones, se contó con la altruista participación de múltiples andorranos y andorranas, tanto para la organización y realización del acto, como para el desarrollo de los contenidos.


     Tuvimos entre nosotros a Ángel Guinda, al cuál le fue concecido el Premio de las Letras Aragonesas 2010. Su último libro es "Espectral", publicado por Olifante. La presentación de "Espectral" estuvo en el programa de las Jornadas del Libro y Animación de la Lectura, pero finalmente no pudo ser presentado en esas fechas, y Ángel se animó a volver a Andorra para La Puerta de los Vientos.


Texto de José Ángel Aznar para la presentación de "Espectral" de Ángel Guinda.

   Hoy tenemos el inmenso placer de contar con la presencia de uno de los poetas más significativos de Aragón: Angel Guinda Casales. El pasado mes de diciembre recibía el premio de las Letras Aragonesas 2010 por “el valor de una obra poética importantísima dentro de la historiografía literaria aragonesa, fundada en la poesía española pero expresada con un lenguaje renovador adherido a un compromiso estético y humano”.
   Conocí fugazmente a Angel Guinda al que me presentaron en una ya lejana noche zaragozana causándome una considerable fascinación, un impacto vital importante.  Aunque ya conocía alguno de sus versos, a raíz de aquel encuentro leí todos su libros, que buscaba con avidez por las viejas librerías de la gusanera zaragozana. Descubrí entonces a un romántico, a un radical existencialista y a un rebelde iconoclasta. Con el tiempo he ido saboreando en sus versos las palabras de un grandísimo poeta que ama ávidamente la vida y convive con la muerte desde su nacimiento,  que comparte una generosidad asombrosa y transmite  alegría y unos  deseos enormes de vivir. Este aspecto lo reflejan muy bien las  palabras de Manuel Vilas cuando afirma que “Angel es un hombre torturado en su poema, pero vitalista en la existencia concreta”.
   Su poesía creo que  ha seguido manteniendo aquella rebeldía irreductible, añadiendo a la vez nuevos y delicados registros de reflexión y preocupación social. Es un ser apasionado por la poesía a la que seguro ama tanto como a la vida.
   Su último libro “Espectral” expone según el propio autor una “cosmovisión vitalista, una negación de la muerte:  el viaje del ser humano desde la oscuridad hasta la oscuridad, desde el silencio al silencio, desde la ausencia a la ausencia, desde la soledad hasta la soledad, desde la invasión de la realidad a la plenitud del vacío, desde lo natural a lo sobrenatural pasando por lo preternatutral y paranormal, a través de caminos con obstáculos de luz y ruido. Un libro de viaje hacia la muerte, desde la m´s implacable resistencia a morir, desde el vitalismo más atroz y despiadado. Un memorándum existencial y poético..”
    Personalmente he quedado deslumbrado con la lectura de este maravilloso libro. Una obra muy cuidada lingüísticamente, de plenitud verbal y abundancia vital, un largo y bello poema en prosa fragmentada. Lleno de imágenes, metáforas, comparaciones, exageraciones. Encuentro en él las obsesiones propias del autor:  el miedo, la soledad, la rebeldía, el amor o el paso del tiempo…
   Seguro que tras la creación de este impresionante “Espectral”, Angel Guinda nos seguirá iluminando a todos con nuevos poemas, con bellas e imaginativas palabras que nos reafirmarán en nuestro caminar de la vida hacia la muerte, de la muerte hacia la vida, de la luz a la oscuridad y de la oscuridad hacia la luz. En definitiva:  hallaremos otro nuevo guiño de talento, creatividad e imaginación poéticas.
No sin cierto pudor,  un poema que escribí hace ya muchos años dedicado precisamente a él, a Angel Guinda:
Con desarraigo y furia, iba y venía
Crepitando en destellos como las teas
Cabalgando amaneceres con ideas,
Sonoridades  de penas y alegría.

El hielo de su mirada nos traía
Las voces cotidianas, las mareas
De un desazón vital, de unas tareas
Que él, poeta eterno, componía.

Una triste desazón aleteaba
Ardiente en su interior, donde se alzaba
La  terca ansiedad por seguir amando.

Poeta tembloroso en el alambre
Del  fuego permanente, juventud de hombre
Que escupiese cenizas al ir creando.

     Este año, nuestro homenaje fue para José Antonio Labordeta. Para él tuvimos en su recuerdo el pase de algunos vídeos y la excepcional y magnifica interpretación de algunas de sus más conocidas canciones por parte de un amplio grupo de andorranos y andorranas (ver programa).

Este óleo fue prestado por el pintor andorrano Miguel Tello, para su exposición durante el acto.

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